Esta ceremonia se observaba ya por los romanos
antes de la introducción del cristianismo y también fue conocida de los judíos.
El uso de los anillos estaba muy extendido entre los romanos, no por mero
adorno, sino con objeto de sellar las cartas, instrumentos y otros elementos,
pues en ellos llevaba cada uno abierto su sello y se los solían dar mutuamente
en la celebración de sus contratos en lugar de prendas y de arras, porque era
una cosa que siempre tenían en la mano.
De aquí vino la costumbre de dar su anillo el
esposo a la esposa en prenda y señal de los esponsales que contraían,
significándole al mismo tiempo con esta entrega que le encargaba la custodia
del menaje. Con efecto, según dice Clemente Alejandrino, se solía dar el anillo
a la mujer no por adorno sino para sellar las cosas de la casa, non ornatus
gratia, sed uí obsignaret qua domi erant, pues era práctica asegurar con el
sello las arcas, cajones y demás utensilios en que se conservaba en las
despensas la provisión de comestibles para evitar toda sustracción y extravío
por los esclavos. Así que, el anillo era señal de la promesa de matrimonio y
con su entrega y recibo se aseguraba el esposo a la esposa, uniéndose con esta
prenda sus corazones.
Según la costumbre establece que la pareja debe
entregarse mutuamente anillos como símbolo de alianza matrimonial,
colocándoselos en la ceremonia nupcial. El anillo matrimonial se coloca en el
dedo anular de la mano izquierda. Distintas tradiciones hacen uso de una u otra
mano, variando este uso de acuerdo a las zonas.
Sin embargo, se trata simplemente de una
costumbre (al igual que la entrega previa del Anillo de compromiso), la cual
aunque es tradicional, no es esencial en la celebración del matrimonio: ya que
su ausencia no invalida el consentimiento dado en la ceremonia y, por lo tanto,
el matrimonio celebrado sin el intercambio de los anillos sería perfectamente
válido.
Se considera que la Segunda Guerra Mundial generó
un cambio radical, ya que muchos de los militares de los países occidentales
que acudían al frente de batalla optaron por llevar anillos como un recuerdo de
sus mujeres y sus familias que se habían quedado en casa data desde estas época
el uso del anillo de boda por parte de los
hombres.